sábado, 12 de junio de 2010

Shawn Vandor

El juego de las sillas

Nunca me gustó el juego de la sillas. Me horroizaba. Es un juego diseñado para excluir a la gente del juego. En la escuela primaria, nos hacían jugar al juego de las sillas durante el recreo cuando llovía. Yo siempre me ofrecía para salir inmediatamente. Odiaba el suspenso, odiaba no saber cuando levantarían la pua y la habitación quedaría abruptamente en silencio. Yo prefería quedar afuera del juego de inmediato, por mi propia voluntad, en lugar que tener cualquier destino dictado por el capricho de otro. Me ponía muy nervioso. Pero ahora, a la distancia, puedo verle el lado bueno al juego. Valoro el hecho de que sea una excelente alegoría de lo que significa formar pareja, de la vida y de sus infinitas contingencias que se presentan en cascada. Nadie sabe cuándo se detendrá la música. Un día se detendrá, las luces caerán, y ahí estarás, solo, escuchando la oscuridad.


(De: Fire at the end of the rainbow. Sand paper press.)

4 comentarios:

Anónimo dijo...

hermoso. hay una pelicula de ana katz que se llama el juego de la silla que me divirtio mucho.

Anónimo dijo...

a mí no me gusta. es una metáfora de las relaciones de pareja donde no hay lugar para el amor. es nada más que especular para ocupar un lugar. es una idea muy "exterior" de lo que es una pareja.

Cecilia Pavón dijo...

pero no sé si habla de las parejas sino de la vida en general, la idea de que en cualquier momento te morís. o lo leí mal?

Anónimo dijo...

no creo que haya una sola lectura. me parece una metafora de a vida en cuanto de estar luchando por lugares que en realidad no importan. no me gusta tampoco, me quedo con los que quedan afuera y se me ocurre que quedar afuera es la posibilidad de encontrar mejores lugares. no se... deliro.