Ya se ha comentado ad infinitum los vínculos entre el blog y el diario, y también la función del primero como periodismo. Pero Once Sur es canción, poema, espejo: es literatura en su forma rápida, auto-referencial, libre. Por eso parece a la vez el resultado de avances tecnológicas y los deseos arcaícos que se han transformade en literatura a través de los siglos. Sin embargo, sus medios son los de la sencillez y la claridad, un tipo de clasicismo que es una búsqueda de la belleza. Esto no quiere decir que el registro emocional de este blog sea siempre feliz; representado dentro de sus posts y sus fotos, y aún sus noticias de eventos, hay una especie de tristeza ante las confusiones de un mundo de textos, ímagenes, y arte siempre proliferándose, a veces sin sentido. Me gusta leer la lista cambiante de visitantes a Once Sur. Cada cinco minutos hay un nuevo visitante que ha llegado a esta cruza entre las cuevas de Lascaux, un club punk, y una iglesia bombardeada en ka que los pájaros vuelan y cantan: me pregunto a cuál de estos lugares ha entrado, a cuál he entrado yo, y cuál está construyendo Cecilia Pavón ahora mismo.
--Stuart Krimko
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