Mi película

Salió mi libroooooo. Se consigue en la librería La internacional Argentina. Padilla, entre Gurruchaga y Serrano.
El otro día le escribí a una poeta de Estados Unidos que a veces cuando iba por la calle pensaba en algún verso de ella y sentía que su poesía me enseñaba cómo era la vida.
Pienso que la poesía tiene que servir para enseñarnos cómo es la vida.
Qué se yo.
O los libros de César Aira me enseñan que las historias nunca se terminan
que todo en la vida es como una historia tras otra tras otra tras otra, y no sé, aunque han pasado cosas tristes en mi vida, han pasado cosas increíbles, alucinantes. La poesía para mí tiene eso, algo de alucinante. Alucinante en el sentido de alucinación. Ahora leo mi libro y veo todas las personas que están nombradas ahí.Cómo el mundo entró en mis poemas y es algo muy raro. Y supongo que algo de ser feliz tiene que ver con decir, fui parte del mundo. Y yo leo mis poemas y digo, fui parte del mundo y me siento contenta. Y es algo privado también. Es como mi diario como una película que fui filmando en mi cabeza. Cada poema es una escena de esa película. Una película escrita con sangre podría decirse, como la chica de la tapa que tiene la cara llena de sangre.

(este post está dedicado a mi amigo Philip que me regaló la imagen de la tapa)