Los gorriones jamás se aburren. Si algo así parece avecinarse, se dan un baño de polvo y se comunican por medio del plumaje. Se pueden distinguir las machitos de las hembritas si es que a uno le interesa, pero eso es más bien para cuando el aburrimiento amanaza con adelantarse. Los gorriones jamás se aburren. Se la pasan revoloteando y haciendo muchas cosas excitantes y divertidas. Cada tanto van al museo, si es que justo hay una buena exposición; escriben críticas de libros para revistas de música, se emborrachan hasta perder el sentido, o van de excursión al campo. A veces se quedan sin nafta, entonces tienen que volar, o bien esperar con impaciencia que les cambien la rueda, aunque no tienen ni idea, y eso es ya bastante reflexión para su infinito cerebro de gorriones. Los gorriones jamás se aburren. Hubo un tiempo en que comían de mi mano, andaban a tientas con sus tiernos piecitos por mi habitación, y yo les estaba agradecido, pues cada tanto me aburro, aunque sabe dios todo lo que tengo que hacer, y entonces escribo acerca de los gorriones con la esperanza de que ellos pudieran leerlo y crisparse por mis errores al describir su forma de vivir.
(traducción de Timo Berger y Susana Romano. En Luces intermitentes. Nueve poetas recientes de Alemania, Paraíso Perdido, Guadalajara, México, 2009)
jueves, 13 de agosto de 2009
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1 comentario:
hola cecilia,
quisiera invitarte a leer un poema tuyo en alemán o un poema traducido por vos, o cualquier texto tuyo, siempre y cuando quieras y puedas venir.
si te parece bien nos escribimos y te cuento más detalles del evento.
un beso,
maría
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