la chica que atiende el quiosco de enfrente es paraguaya y es divina. Toda la gente paraguaya que conozco es divina.
Hoy fuimos a comer parrilla con clau.
Estuve dos días con fiebre. Qué extraña es la vida desde la fiebre.
y por último: tengo que releer a Adorno.
sábado, 9 de julio de 2011
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